Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas https://ezekieldncd405752.pages10.com/zidane-y-el-cabezazo-que-definió-su-despedida-73847865