Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en un https://imogenlcku940369.qowap.com/97482935/análisis-del-cabezazo-de-zidane-en-la-final-de-2006