Hace una década, el término envejecimiento era prácticamente una palabrota. Preguntarle a una mujer su edad era (y, quién sabe, todavía podría ser) una de las preguntas más sosas que alguien podía hacer. Hemos recorrido un largo camino desde ese momento, pero la verdad es que nuestra cultura prosigue http://frederict529acf9.blogdal.com/profile